El castillo fue construido como ya hemos mencionado en el apartado del Rey Loco por Luis II de Baviera. Durante su construcción, Luis II exigió dos condiciones: que el castillo se asemejase a los cuentos de hadas dado que él los admiró mucho en su juventud y que por dentro fuera puntero en la tecnología de la época, conteniendo así los avances más importantes de entonces. La historia del castillo comienza en el año 1868 completandose primeramente la construcción de los ciminetos y la carretera de acceso al año siguiente. Tres años más tarde se comenzaron las obras del palacio contryendose así finalmente la sala del trono la cual exigión Luis II.
En 1984 Luis II decide mudarse de la capital, Munich, al nuevo castillo de manera permantente. El castillo cuando se mudó no había terminado de construirse, por lo que Luis aprovechó para supervisar su construcción. Por desgracia, el rey de Baviera nunca vería su castillo finalizado, ya que sus últimas obras no terminarían hasta el 1892.